Las sirenas no lloran...
Las sirenas no lloran cuando están tristes. ¡Emergen! A las turbias orillas de playas olvidadas, y plantan sus semillas. Caminan cabizbajas, vencidas, como si estuvieran por dentro destrozadas. Las sirenas no lloran cuando están tristes. ¡Sufren! Detrás de la quimera que les quemó su rostro y rasgó, con mil garras, sus espaldas. Amamantan sus crías con sus pechos de nácar, hasta, por ellas, ser casi succionadas. Las sirenas no lloran cuando están tristes. ¡Rasgan sus vestiduras! Y dejan media vida en busca de la nada. ¡Se flagelan a sí mismas! Hacen brotar su sangre por sus poros y escamas, y humedecen sus ojos, e inundan los océanos con sus torrentes lágrimas. Las sirenas no lloran cuando están tristes. ¡Gritan! Por desesperación, como un lamento eterno que al maltrato arrebata y arrastra a su verdugo a lugares oscuros. Y su furia desatan, descargan su venganza desde el dolor y el odio, con estridentes voces, y hasta más no poder… ¡Solo cantan! Apolo • 1122 • RD / Copyright ...